¿Cumpleaños feliz?

Creo firmemente en que existe una especie de karma mundial, el problema es que a veces está averiado. Es viernes por la mañana en Montevideo. Hace frío y ayer no conseguimos dormir muy bien. Alguien a quien no quiero señalar puso música a todo volumen y se emborrachó en el salón de madrugada.

Dormir es mi deporte favorito, pero sólo hay un deporte que se me da mejor cuando no he descansado: criticar; criticar equilibra el mundo cuando el karma no funciona.

Lo sé, a veces soy mala persona pero Mateo (mi gato adoptivo Montevideano) es mucho peor.

Pongo en situación que hoy es el cumpleaños de Stephanie, cumple 29, pero podría ser más dramático (como yo que cumplí 30).

El cumpleaños

Alguien llama a la puerta insistentemente y Stephanie y yo hemos salido escopetadas hacia el salón. La alfombra naranja está doblada por la mitad y al desplegarla con los pies descalzos aparece como por arte de magia una bonita caca (sorete uruguayo) en forma de merengue que Mateo ha decidido dejar a su dueña.

Mira desde una esquina y juro que lo veo reírse.

¡Feliz cumpleaños!- Murmura entre sus bigotes en jerga gatuna. Acto seguido se escapa de un salto hacia el tejado.

PD: Los gatos también tienen detalles con sus dueños. Y tienen armas de destrucción masiva para cuando les perturbas el descanso. Su venganza siempre será peor que la tuya.